Hace tiempo que no estoy en mi casa ni en la vuestra pero no por dejadez, por desinterés o aburrimiento; simplemente porque no he podido por esos avatares de la vida, que te apartan de la cirrculación de toda vía.
Me incorporaré poco a poco para seguir gozando de vuestras aportaciones y de vuestra amistad, que es algo inapreciable.
UN ABRAZO A TODOS/AS.
Gracias Jano, me alegro de verte, no podemos llegar donde queremos, pero lo intentamos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
ResponderEliminarEs un verdadero placer saber de usted, querido Jano, y saberle bueno. Se le echa de menos. Ojalá en breve la vieja guardia pueda reunirse de nuevo, desenvainar sus espadas y repartir mandobles a diestro y siniestro tan asiduamente como antaño.
Un fuerte abrazo. Que no se apaguen las voces de la cuerda locura. Ni siquiera sus ecos...
Bien hallado, amigo Jano. Le echábamos de menos.
ResponderEliminarUna gran alegría volver a tener noticias suyas.
Un abrazo
¡HURRA!¡EL GRAN JANO BIFRONTE, RETORNA SUS LARES PARA NUESTRO DELEITE! ¡ANDA QUE NO SE TE ECHABA DE MENOS COMPADRE DE ESCRITOS CON SENTIDO Y HUMOR!
ResponderEliminar¡ENCIMA QUE SOMOS POCOS, NO PODEMOS PERMITIRNOS PERDER A GENTE COMO TÚ!
RECIBE UN CORDIAL ABRAZO
UN BRINDIS CON LO QUE MÁS TE PLAZCA.
¡¡RE-BIEN VENIDO!!
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Te esperamos con los brazos abiertos, amigo jano.
ResponderEliminarEntre tanto, un fuerte abrazo
ResponderEliminarLe escribo en su casa, querido amigo, además de por el placer de visitarla, por motivos de elemental discreción. Ha poco he visto por La Caverna sus palabras, y le envío otras a modo de explicación: el motivo del responso que por aquellas penumbras he dejado caer se debe a la triste pérdida de un ser muy querido de un buen amigo. Le ruego me excuse de entrar en detalles, ya que tengo la sospecha de que tal amigo no desea que el lamentable suceso salga de este círculo íntimo. Por ello, he decretado un luto temporal.
Confío que en breve, si Dios quiere, La Caverna abra de nuevo sus puertas y sigamos dando guerra en las trincheras. Cuento con su afilada y justiciera espada para ello.
Un fuerte abrazo, querido Jano. Y no se haga usted tanto de rogar y regálenos más a menudo su talento. Falta hace.
Siempre suyo,
S. D.