sábado, 27 de febrero de 2010

¿EXISTIÓ LA ATLÁNTIDA DE PLATÓN?


    Probalemente si existió, y esta es una incógnita que aún persiste en el tiempo, un desafio o una quimera que ocupa páginas y más páginas en la literatura de todos los tiempos,también el que vivimos ahora y vivirán en los años venideros nuestros descendientes, porque los mitos forman parte de nuestra idiosincrasia como seres humanos. Algunos científicos la sitúan en las Cicladas, concretamente en Tera (Santorini), otros sitúan a dicha civilización en diversos lugares del Atlántico, incluso en regiones tan remotas como los mares tropicales, de los cuales ni Platón  ni ninguno de sus coetáneos, casi con seguridad, no tuvieran noticia de su existencia, pues el mundo acababa en Finisterre. Otros sitúan a la Atlántida en la isla de Creta, lo más meridional del extenso territorio insular y continental de la Grecia actual, cuna-nunca mejor dicho-del dios Zeus, que  hallo su refugio en esa isla cuando recién nacido fue llevado allí por su madre, Era, para salvarle de la crueldad de su padre, Cronos, siendo tutelado por las ninfas y alimentado por la cabra Amaltía en el monte Ida, el más alto de Creta.
  Una de las teorías actuales, que parece ser confirmada por estudios arqueológicos, sitúa la Atlántida en esa isla, cuya población fue arrasada por un tsunami generado en la tremenda erupción de Tera, que convirtió la isla en lo que hoy es Santorini: Un cráter habitado cuya bahía es la caldera del volcán. No es aventurado pensar que ambas poblaciones-Tera y Creta- hayan sido lo mismo en dos lugares próximos pero distintos.
   Todo esto para mi tiene una importancia relativa, yo lo que deseo es contar el mito como lo conozco y lo siento, para deleite propio y de las personas que tengan la paciencia de leerlo. No necesito decir que el hecho del descubrimiento de la Atlántida tiene una importancia relativa para mi, porque lo que verdaderamente me interesa es el mito, la especulación, el misterio de ficción y algo, supongo, de realidad deslustrada por el paso del tiempo y la interpretación mágico-religiosa que en esencia es el mito.
   Yo voy a situar mi mito personal en la isla de Creta y en su cultura milenaria, porque creo que es el lugar más idóneo.