jueves, 17 de noviembre de 2011

¡ACHTUNG: DIE FÜHRERIN IST SCHON HIER!


   Hay que ver las vueltas que da la vida y la política, y lo insignificantes que somos ante los poderes fácticos, nacionales y supranacionales, que no nos permiten gozar del bienestar conseguido con tanta lucha y sudores. La vida se repite más que ciertas especias que condimentan nuestras comidas y finalmente las crisis acaban apareciendo para ensombrecer nuestra existencia, dando una vuelta de tuerca al revés para volver al punto de partida. Historia hecha de bucles que enfrentan a cada generación, sino a una guerra, a un descalabro económico con sus penurias y servidumbres.


 Europa se las prometía muy felices con su moneda fuerte y única y con un territorio sin fronteras, donde florecía la riqueza  que fluía en todos los confines del imperio; pero aquel sueño se rompió lentamente como el cántaro de la lechera, la peste del siglo XXI se extendió y las economías se fueron contagiando y cayeron enfermas de deuda y de ruina. Como ocurre siempre, los más fuertes toman la iniciativa e imponen sus normas cerrando filas y fronteras y sacrificando a los  territorios más contagiosos, en su afán de contener el mal para que no les salpique. Pero las pandemias son impredecibles como lo son las campañas militares en territorios hostiles y no bien conocidos, y el Sire también puede caer ante la crudeza del clima extremo.

De nada sirve la cólera ante la adversidad inesperada, de nada sirve el blindaje ante la peste que asola Europa cuando no se conoce la raíz del mal y, por tanto, cómo combatirla. Mientras hallamos una fórmula magistral o una vacuna, nos convertimos en los guardianes del coto e incendiamos los bosques y los rastrojos para tratar de aniquilar al intruso que ha turbado nuestra paz y prosperidad; pero nada ni nadie nos asegura nuestra inmunidad y vamos dando palos de ciego a todo lo que se mueve y nos resulta amenazante.
  La unidad de Europa se resquebraja.

 Hace falta una reforma de la democracia y un abandono de los políticos, en gran parte culpables de la peste, y los estados más sólidos nombraremos a los nuevos dirigentes optando por los tecnócratas, que no les temblará el pulso al utilizar el bisturí porque son auténticos profesionales desclasados que cortan y suturan con frialdad y precisión. El Sire y Die Führerin supervisaremos la intervención quirúrgica para asegurarnos de que extirparán el mal.
 La libertad de los países comunitarios se supedita al eje Berlín-París.

 Mientras tanto, los líderes de Europa se agitan en sus tronos por la que está cayendo y pierden los nervios: ¡Qué va a ser de ese sueño que todos hemos emprendido...!
 ¿No comprendeís que la nave se hunde por los abusos de los ciudadanos, hijos mal criádos de una Europa unida, y por el despilfarro y la mentira de unos políticos indignos que han acaparado ínfulas y privilegios que no les corresponden?
 Ahora sólo queda un camino y yo y mi asistente, el Sire, deberemos marcarlo con paso de oca firme y acompasado para que toda Europa vaya en una misma dirección y con la misma cadencia.



¡Y todo dios a callar!

    A partir de ahora, quizás deberíamos sustituir nuestro Himno Comunitario por este:


PD: mi sentido del humor es relativamente cáustico, y con esta entrada sólo pretendo bromear acerca de la situación dramática (pero seguramente reversible y constructiva) que estamos viviendo los europeos y gran parte del mundo con esta crisis.
 Un saludo a todos los posibles lectores de este comentario.

lunes, 14 de noviembre de 2011

ELECCIÓN GENERAL.

  Elección general después de un terrible accidente del coche rojo que se ha estrellado en el abismo por no saber conducir adecuadamente. Elección cantada porque no hay nada que elegir ante la falta de opción entre dos conductores: uno borracho que da tumbos al andar y que ha estrellado muchos coches en su carrera alucinatoria manejando el volante, y otro sobrio, cuya lengua derrapa al hablar aunque da negativo en las pruebas de alcoholemia, pero no sabemos de su pericia para llevarnos sanos y salvos a casa después de una juerga que ha acabado en tristeza. Fácil elección pero necesaria, apostando a rojo o negro o a impar y pase.


Y por si esto fuera poco, también tendremos otras opciones de juego: los dados, los naipes, los bolos, las tabas, las canicas, las chapas, ....................









Y, en último término, la otra ruleta:

 La rusa, poco divertida y nada aconsejable.












 Yo prefiero estrellar coches, que es más impredecible, a ser posible saliendo ileso.

















 En política es mejor viajar con uno mismo y sobran las palabras.