viernes, 28 de diciembre de 2012

¿QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER ESTO?






  Avanza la Navidad y todo lo que debería ser felicidad y alegría, a mí se me ha tornado en desgracia tras desgracia, sin tregua, una tras otra, haciéndome dudar de mí mismo y de mi trayectoria vital, como una maldición implacable que se cumple día tras día. Ya no puedo más, ya no puedo vivir así...




  Miercoles 26 de diciembre. Suena el timbre de la puerta a las 11 AM: la Guardia Civil acompañada por los Oficiales de Justicia con una orden de desahucio de mi plaza de garaje, que me vendió un banco hace poco y que pertenece a otro individuo. Tuve que sacar el coche porque de nada sirvió la denuncia que tengo ante el juzgado contra ese banco, y dejarlo en la calle. A la mañana siguiente me encuentro con un monumental bollo en mi coche y con la siguiente nota:

 Me llevo un gran disgusto, como es lógico, pero pienso en positivo: peor hubiera sido sufrir un accidente y haber muerto o quedar herido alguno de nosotros; además, es un coche viejo. Pero pienso en el embargo y me preocupa.
 Al día siguiente noto el ambiente raro en mi casa, tenso, y pienso que es por el asunto del garaje y el coche ¡Ja! Después de preguntar repetidas veces si ocurre algo, mi mujer me mete por las narices un nuevo papel membretado con el sello del juzgado: la petición de divorcio que la muy traidora había gestado con un abogado a mis espaldas sin decirme nada, con el mayor desprecio hacia mí y nuestro hijo, dejándome sin casa y sin nada y probablemente  también con la custodia del niño. Trato de dominar mis impulsos, mis nervios a tope por todo lo ocurrido, y trato de dialogar... Mi hijo, ausente con la maquinita, parece no sentir el drama que se avecina y le pregunto: Si mami y yo nos separamos ¿con quién te gustaría vivir? Silencio, no quita la vista de la Play... Después de un buen rato me contesta con apatía:
 - Con nadie. Me voy a vivir a una comuna futbolera con los ahorros que tengo en el banco, porque no os aguanto; ni siquiera me habéis comprado la tablet.
- Pero hijo, tienes un Netbook nuevo, con 4 gigas de memoria RAM, ¿para qué quieres una tablet?
- Me es igual, quiero emanciparme y hacer lo que me da la gana.
- (trato de no "saltar") y ¿de qué vas a vivir? porque "los ahorros" no los puedes disfrutar por ser menor de edad y nosotros, por supuestísimo, no te los vamos a facilitar ni te dejaremos marchar de casa, sea la que sea.
- Ya tengo casa, gilipollas, me voy a convertir en okupa con mis amigos. Ya le tenemos echado el ojo a una vieja fábrica que solamente necesita unos pequeños arreglos para ser habitable, mira:


  Y el cabroncete me enseña la fotografía de su cara asomándose a través de una pared de su futura casa... ¡Cria cuervos...!

 

 Ya he pedido cita con el psiquiatra porque mi vida, antes tranquila y vulgar, se me ha retorcido de tal manera que me desborda, que no puedo con los acontecimientos y, para más INRI, ¡tengo que trabajar con mi dolor hasta los 67, por lo menos!



 Es terrible mi panorama vital, pero trataré de llevarlo a mejor puerto con dignidad; con la entereza que el tiempo nos impone y la vida nos depara, a pesar de las dificultades. ¡A Dios pongo por testigo que sobreviviré!


 Queridos amigos, feliz día de los INOCENTES, porque la inocencia nos hará más auténticos en el mar de tiburones, aunque nos coman todo, menos "algo" una bella mujer.


 
 ¡Qué fuerte!