viernes, 21 de septiembre de 2012

EL PESO DE LA RAZÓN.


CRÁNEO HUMANO
 para Aristóteles, era el signo distintivo del hombre ("el hombre es un animal racional"), para Descartes era la "capacidad de juzgar correctamente y de discernir lo verdadero de lo falso", en la ciencia matemática razón es proporción y relación, según Kant existe una "razón práctica" (la que surge de de las cuestiones morales, políticas, personales)... Y la "razón pura", que no tiene nada que ver con nuestra experiencia y nuestros sentidos. Pero, como los animales humanos, los animales "a secas" también comparten con nosotros un conocimiento circunstancial, tan operativo como saber el lugar exacto de una fuente para beber o el terreno idóneo para obtener comida.
 Lo que nos caracteriza a los animales humanos es un conocimiento general o concepto, un axioma logrado con la experiencia de muchos años o siglos, que nos permite razonar y extrapolar consecuencias de un fenómeno natural o artificial para seguir avanzando en el conocimiento, en la razón, y mejorar nuestras vidas en la mayor compresión del mundo que habitamos.


UN MONIGOTE
   Pero la realidad es muy distinta cuando, a pesar del conocimiento general y por el conocimiento circunstancial que impone la política (sinónimo de la sinrazón), nos convertimos en monigotes humanos, sin rostro y sin identidad, y pasamos a la categoría de animales "a secas", atrapados en un mundo de conocimiento circunstancial que no podemos utilizar porque seguimos siendo humanos; tan humanos como los esclavos africanos que sólo eran humanos para follar.
  ¿Cuanto pesa la razón...? Yo diría que no hay medida para cosa tan sutil, aunque me enfrente a Newton, y podrán comprobar (en la fotografía de inicio del post) que sobrepasa la medida de la balanza (500 gramos) lo que queda de élla: el cráneo sin resto de materia pensante, sin nada bajo la bóveda craneal; exáctamente lo que pesan nuestros políticos. Qué pena.

¡que os den!

    Las cenizas mortuorias de un destacado político van a ser vertidas en aguas del Cantábrico, espero que no se convierta en costumbre: ¡Ya tuvimos bastante con el Prestige!

EL ARENAL DE MORÍS (ASTURIAS-ESPAÑA)
 Mientras tanto, y por ese conocimiento "circunstancial" que impone la política, los españoles esclavos, que sólo servimos para que nos follen los políticos, esperamos una mano tendida y hermanada aunque sea a través de las piedras, que tienen más historia que la propia humanidad:

 
   y, para que se enteren nuestros conocedores del conocimiento circunstancial: Ha comenzado la temporada de caza:

EN SUS PUESTOS, CON MIRA TELESCÓPICA Y CON POSTA, CONTRA EL JABALÍ.
  Quizás nuestros políticos maduren como la fruta y sigan la razón de la naturaleza "general  y no la circunstancial", ahora que están en sazón los frutos del saúco:

Bayas de saúco en septiembre.
 y el nogal está a punto de parir sus frutos:

Nogal con sus frutos en septiembre.
  Pero me temo que nuestros gobernantes y sus servilones no entienden de razón pura y sí entienden mucho de razón práctica, como los animales "a secas": saben dónde beber y comer hasta saciarse y no conocen los ciclos de la naturaleza, a diferencia de los verdaderos animales, que sólo pretenden sobrevivir con dignidad.
 
  ¿cuanto pesa la razón o cuanto mide?