viernes, 15 de junio de 2012

ASTURIAS PATRIA QUERIDA... (III).


Monasterio San Salvador de Cornellana (Salas)
Monasterio de San Salvador de Cornellana (1024) Salas-Asturias.

 
      En el siglo XI muchos de los monasteria, de los que habíamos hablado en el capítulo anterior, eran propiedad de una sola persona o familia que los vinculaba a una orden religiosa, real o ficticia, con la reserva por parte del donante de la disponibilidad del destino de dichos bienes (eran los monasterios propios o en régimen de herederos), que consistían en bienes inmuebles, semovientes, aperos, disposición de tierras comunales, rentas, etc. Con ello, el/los propietarios se aseguraban la no fragmentación de los bienes en el momento de la herencia y también evitar la fiscalidad episcopal. En la mayoría de los casos el segundo objetivo se lograba; no así el primero, pues generalmente los bienes eran repartidos en lotes independientes entre los herederos, que los vendían o donaban, lográndose en algunas ocasiones la reunificación del patrimonio original con el tiempo. Durante el siglo XII, con la Reforma Gregoriana, que pretendía desvincular del dominio laico las instituciones religiosas, muchas de las fundaciones fueron asimiladas a iglesias rurales; y también en muchas ocasiones, las fundaciones derivaron hacia una vida canónica tutelada por el cabildo de la Catedral  de San Salvador de Oviedo, constituyendo los Señoríos de Asturias desde el siglo XI hasta la Desamortización del XIX.

   Durante los siglos XI y XII el proceso de acumulación de tierras y bienes en unas pocas personas dio lugar a la formación de numerosos señoríos laicos y eclesiásticos, favoreciéndose con ello el comercio y la producción agrícola y ganadera, y también el cobro de impuestos por derecho de tránsito o portazgo de los excedentes agrícolas (después del pago de los diezmos y aprovisionamiento personal): Se cobraban derechos por el cruce de un río, camino, bosque, puente... Y, con todo esto, la circulación de moneda creció especialmente en las ciudades y en la costa. Oviedo también experimentó un gran desarrollo a través del culto a las reliquias de San Salvador, desde el siglo XI, con el tránsito de peregrinos que iban a Santiago de Compostela y demandaban bienes y servicios. Con todo ello, se consolidaría en el siglo XII la Ruta León-Oviedo-Avilés para aprovisionamiento de productos de la Meseta. Avilés se constituiría en el puerto comercial más importante de Asturias hasta el siglo XIII, con la aparición de otros puertos en otros puntos de la costa.

Casa-Palacio de Valdecarzana
Palacio de Valdecarzana (Avilés-Asturias) S. XIV. Morada-palacio, de estilo gótico, de un rico comerciante que actualmente acoge el Archivo histórico de la Villa. En la planta baja se ubicaba el comercio (fue tienda de ultramarinos durante muchos años) y en el piso superior estaba la vivienda. 
 Durante el siglo XII se extendió por toda Asturias el Arte Románico, representado por iglesias y monasterios repartidos por toda la geografía astur con mejor o peor conservación. También a principios de este siglo la Asturias rural, descristianizada y desprovista de los elementos de la antigua corte, trasladada a León por García I, experimenta un renacer cultural protagonizado en gran medida por el Obispo de Oviedo, D. Pelayo, que revindica el poderío de la Iglesia de San Salvador de Oviedo frente a otras iglesias y el poder de los nobles. Nuestro obispo sentó las bases de la Mitra Ovetense sobre una documentación  falsa desde el punto de vista diplomático (recordemos que la Diplomática es el estudio científico de los diplomas y otros documentos con el fin de establecer su autenticidad o falsedad), en su LIBRO DE LOS TESTAMENTOS (principios del siglo XII), constituído por 87 documentos de los cuales sólo 14 son auténticos (véase "EL LIBRO DE LOS TESTAMENTOS DE LA CATEDRAL DE OVIEDO" de Fernández Conde.). Tal falsificación de datos responde a un avatar de la época que tiene que ver con la conquista de Toledo (1085) y la restauración de su sede primada, según la cual todos los obispados posteriores al fin del reino de Toledo debían someterse a la mitra toledana, sometimiento al que no estaban dispuestos el obispo de León y nuestro obispo Pelayo. Pero también D. Pelayo mantenía un pleito con el arzobispo de Braga, que pretendía el sometimiento de la mitra ovetense, y conflictos territoriales con los Obispados de Lugo y Burgos, todos ellos defendidos por D. Pelayo en base a argumentos diplomáticos.
  D. Pelayo realiza un inventario exaustivo de las posesiones de la diocesis y asigna la mayoría de las fundaciones religiosas de Asturias, y algunas de León,  al dominio de la mitra ovetense. Con todo, D. Pelayo logra la exención de la sede ovetense de Toledo y Braga, en gran medida por las bulas de Pascual II (1105) y Calixto II (1122), pero no logra sus pretensiones territoriales sobre Santillana, que finalmente es asignada a  Burgos en 1184.

Santillana del Mar.

  En la segunda mitad del siglo XII se llevaron a cabo múltiples donaciones regias a San Salvador de Oviedo: Alfonso II (1126-1157) y, principalmente, Fernando II. Con estas donaciones interesadas se pretendía compensar la contribución de la mitra a las campañas militares (como ya había hecho la Reina Dña Urraca-1109/1126) y así quedó constituído el Señorío Jurisdiccional de la Mitra Ovetense hasta el siglo XVI, en que fue desamortizado por Felipe II. Alfonso VI (1065-1109) viajó a Asturias para venerar las Reliquias de San Salvador, acompañado por un numeroso séquito de obispos y nobles entre los cuales estaba Rodrigo Díaz de Vivar, casado con Dña. Jimena Rodríguez, hija de un terrateniente asturiano, D. Diego Rodríguez de Asturias. La política del monarca fue muy provechosa para la sede episcopal ovetense por las innumerables concesiones jurídicas y económicas; también para la nobleza asturiana, que se vio considerada y enaltecida. Pero no todo habría de ser paz y gloria, pues los nobles asturianos protagonizaron en el siglo XII algunas rebeliones contra la Corona de León: los ejemplos más claros los tenemos en el Conde Gonzalo Peláez, que en 1132 y 1136 se subleva contra la Corona de León y es seguido en la insurrección tras su muerte por la hija bastarda de Alfonso VII, Urraca, que se monta su propia corte en Oviedo.

Torreón medieval de Proaza (construído en el S. XV, aunque algunas crónicas históricas lo ligan a la sublevación del Conde García Peláez, probablemente en confusión con el Castillo de Proaza, que data de los tiempos de Alfonso VII).
   El siglo XII en Asturias supuso un clima de grandes cambios y gran aperturismo que habría de continuar en el siglo XIII y XIV. A pesar de la densidad de población que registraba Asturias, los asentamientos humanos se caracterizaban por el predominio del minifundismo, representado por "la casería" aislada, y por las pequeñas aldeas, con la consiguiente dificultad para la administración, abastecimiento y defensa de la población ante las adversidades de todo tipo. Las comunidades se organizaban en pequeños concejos cuyos vecinos tomaban las decisiones transcendentes en una especie de Concilium romano.
 Por hoy hemos acabado los deberes. les dejo con una canción, muy bien interpretada por dos grandes de la lírica, que tiene algo que ver con Asturias.

http://www.youtube.com/watch?v=4ygegoCKc2k