sábado, 14 de mayo de 2011

PRIMERA COMUNIÓN.


     Querido hijo: mañana celebrarás tu comunión, tu primera Eucaristía, vestido de marinero como lo hice yo en su día, hace ya muchos años. Y después de un trienio de catequesis y lecciones de religión en el colegio, habrás aprendido algo que no comprendes totalmente porque aún eres un cachorro humano que sólo piensa en jugar y en vivir el presente sin la atadura a una cruz y mucho menos en la muerte, ese avatar que sólo les ocurre a los demás. Pensarás en los regalos y en una fiesta en tu honor, tras renunciar a Satanás, a sus pompas y a sus obras; después viene la fiesta familiar que todos te dedicaremos con cariño.Un rito que se repite de generación en generación en el contexto católico.
 El tiempo pasa cada década más rápido; la vida te va modelando como el artesano hace con la arcilla, separando los caliches que estropearían el resultado final, aunque la pieza terminada puede tener vida propia, que sería lo deseable y normalmente lo inevitable, tratándose de seres vivos.
 No te voy a mentir, aunque mi verdad te la contare más tarde, cuando tú me la exijas: no soy un creyente incondicional, ni siquiera convencional, simplemente soy un agnóstico/deísta al que la idea de Dios no le molesta pero no satisface sus dudas ni necesita de su existencia, a pesar de haber estudiado en un colegio religioso y, como voz blanca que fui, haber cantado, como solista o acompañado por el resto del coro, piezas religiosas en español y en latín; haber vivido hasta hoy las penas y las alegrías de la vida (tú eres la mayor alegría de mi vida) y disfrutar de lo que tenemos en la vida terrenal sin pensar en el final  inevitable. Todo merece un descanso y la vida es un trabajo alegre y también penoso. Qué más te podría decir que no sabrás cuando adelantes tus pasos en tu vida.
 Me has mostrado tus dientes, pequeño canalla, desafiantes cuando aún eran de leche, y después me los has enseñado, ausentes, como las almenas de una fortaleza que no posees todavía, creyendo a pies juntillas en el Ratoncito Pérez, enarbolando tu espada de Dark Baider  ante un mundo que por suerte no comprendes aún, como no compredes totalmente la transcendencia de un compromiso que asumirás mañana y mantendrás toda tu vida o nó. No importa lo que hagas o lo que pienses siempre que respetes a los demás y seas feliz en tu vida.
 Te regalo una pieza musical muy bonita cantada por niños
 Que seas muy feliz mañana.