domingo, 12 de junio de 2011

VUELTA A CASA.

 Volver a casa después de una ausencia breve es volver a la normalidad, a la rutina del día a día, cargados de cansancio físico pero con el psíquico más relajado, tras haber vestido harapos-ropa vieja-y haberte calentado con la leña que has cortado a golpe de hacha. Un ciervo te contempla a menos de un kilómetro y lo miras como parte del paisaje; las arañas invaden tu casa en su lucha contra las moscas, tiñendo de plata los rincones, y la puerta, cerrada a cal y canto para que los gatos no te coman lo que dejas en la cocina, te recuerda que esa es tu casa, tu segunda morada en la que puedes andar caminos sin soñarlos, disfrutándolos siempre y sufriéndolos a veces.
 Después... Un sueño reparador, con osito y todo.