sábado, 18 de mayo de 2013

SÍFILIS: HISTORIA TRAGICÓMICA DE UNA ENFERMEDAD.

 En el siguiente post se insertarán algunas imágenes/ fotografías que podrían herir la sensibilidad estomacal (por lo desagradable) o moral (por mostrar los genitales de manera explícita, con un componente de lo anteriormente dicho). Además, probablemente, se harán comentarios que no podrían ser del gusto de muchas personas. No apelo a la MODERACIÓN DE BLOGGER, porque mi blog solamente pretende mostrar lo que siempre ha mostrado: un ejercicio de conocimiento, de menor o mayor calidad, para disfrute propio y del posible lector.


Girolamo Fracastoro (1478-1553).


    La historia de las Enfermedades Venéreas es quizás tan antigua como la de la propia humanidad y en la Biblia ya se contienen noticias acerca de ellas, así como en los antiguos relatos de los pueblos orientales (India, Japón...) y en los más recientes de nuestra Historia occidental: Grecia y Roma, que en sus poemas satíricos y eróticos han dedicado amplias descripciones a tal materia. Resulta evidente que en aquellos tiempos precientíficos las enfermedades de transmisión sexual fueran descritas de una manera circunstancial (la práctica del sexo y la relación de este con determinadas personas sintomáticas, con la repetición de los mismos hallazgos patológicos) y también superficial, sin relacionar el inicio de la enfermedad con determinados estados patológicos multiorgánicos que vendrían después.  Este es el caso de la sífilis, la gran simuladora, que cursa en tres fases tomándose el tiempo suficiente para dejar a una persona anulada por completo décadas después de  su adquisición. Afortunadamente en la era antibiótica y con las pruebas de detección existentes (a nivel de Medicina Primaria), una infección de esa naturaleza no progresa más allá de una simple molestia. Véase un caso de sífilis primaria:


Típico chancro primario: pápula rojo cereza, indurada e indolora que se acompaña de una adenopatía (ganglio) inguinal.


También puede anidar, en solitario o en varios sitios, en cualquier órgano de nuestra economía candidato a la práctica del sexo:

Los labios están afectados por el chancro sifilítico.




  Las enfermedades de transmisión sexual son conocidas desde los albores de la civilización, concretamente la Gonorrea o Blenorragia se citan en el Antiguo Testamento; en las excavaciones de Pompeya se han encontrado bujías uretrales y, en la Edad Media, se elaboraron tratados acerca de la blenorragia y sus consecuencias, con todo detalle descriptivo. Pero también en los tratados antiguos se hace referencia a "ulceraciones" de los genitales que no podría asegurarse con la mínima certeza como pertenecientes a esa enfermedad venérea llamada sífilis o lúes, que así llamó Girolamo Fracastoro en su obra  Sýphilis sive morbus gállicus (sífilis o el morbo francés), probablemente influenciada por el pastor Siphylus de las Metamorfosis de Ovidio. Fracastoro elaboró un tratado acerca de la nueva enfermedad, como poeta y médico veronés que era, cuando en el S XVI asoló Europa con distintos nombres y nacionalidades, como corresponde a los males humanos, a los que siempre hay que buscar un culpable. En este caso recibió varios nombres: "El Mal Francés" El Mal Español"  "El Mal Portugués..."
 Existen varias teorías acerca de su génesis  e incidencia, pero lo único cierto es que en Europa y en el reinado de carlos VIII de Francia (1495) hubo una epidemia que, partiendo de Nápoles, invadió toda Europa y duró unos 40 años. Nadie se puso de acuerdo en su origen y en su génesis pero todo parece apuntar a la importación por parte de los españoles de las expediciones de Colón y también a los expedicionarios portugueses al nuevo mundo. De la misma manera nadie puede asegurar que el germen causante de la sífilis no existiera ya en Europa, y que el descubrimiento de América importara formas más virulentas de treponema, causantes de una epidemia que haría estragos en nuestro continente hasta la era antibiótica. La primera descripción del mal se la debemos a Ruy Díaz de Isla, el médico que trató a Colón y a su marinería y que ya intuyó el carácter contagioso del mal y lo relacionó con los contactos sexuales mantenidos en el Nuevo Mundo. En un trabajo que publicó en 1539 Díaz de Isla comenta cómo muchos marineros infectados se alistaron en las tropas del rey Carlos para el asedio de Nápoles y también los centenares de prostitutas que acompañaban a las tropas de Fernando de Aragón, que había enviado para la defensa de la ciudad. Finalmente Carlos VIII toma la plaza y ambos ejércitos, que compatían las prostitutas, se contagian con el nuevo mal y los mercenarios del rey de Francia, procedentes de muchos países de Europa, se llevan a casa la terrible infección, diseminándola por todo el continente (razonamiento también muy discutido por otros autores de la época, pero no procede extenderse en tal discusión).
 Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-1557) en su "Sumario de la Natural Historia de las Indias" (1526), dedicada al emperador Carlos I, hace el siguiente comentario: "Muchas veces en Italia me reía, oyendo a los italianos decir El mal Francés, y a los franceses llamarle El Mal de Nápoles; y en la verdad los unos y los otros le acertaren el nombre, si le dixeran El Mal de las Indias... así por la tierra donde natural es esta dolencia, como por las indias mugeres de estas partes". Fernández de Oviedo tenía una mentalidad muy de la época cuando consideraba a los indígenas americanos como seres inferiores por su condición de primitivos y paganos frente a los cultos y católicos europeos. Acerca de la sífilis hizo el siguiente comentario: "La sífilis era un regalo de América a la Europa sana y culta; maldito sea el día en que Colón descubrió las Américas pues desde entonces tuvimos sífilis".

  Fray Bartolomé de las Casas (1474-1566), dominico español, cronista y obispo de Chiapas que fue, gran defensor de los indios, atribuye el contagio de la sífilis al contacto sexual de los españoles con las mujeres del nuevo mundo, pero con un matiz interesante desde el punto de vista epidemiológico al comparar la virulencia de dos enfermedades, la viruela ( transmitida desde Europa a América) y la sífilis (probablemente adquirida por los europeos en América):
 "Yo hice algunas veces diligencia en preguntar a los indios desta isla (en referencia a La Española, actual República Dominicana y Haití) si era en ella muy antiguo este mal y respondían que sí, antes de que los cristianos a ella viniesen, sin haber de su origen memoria y desto ninguno debe dudar...los indios hombres o mugeres que las tenían eran muy poco dellas afligidos y cuasi no mas que si tuvieran viruelas; pero a los españoles les eran los dolores della grandes y continuo tormento..."


 Ciertamente la primera epidemia de sífilis datada en la Historia de Europa se produce en 1495 en la expedición francesa contra Nápoles, tratada posteriormente sobre su origen por diversos autores (Folloppio, Fioravanti, Cesalpino) con diversas teorías acerca de su origen (el vino, los alimentos...) hasta que la observación y el sentido común de los médicos  centró su transmisión en el contacto sexual con prostitutas, que diseminaría el Mal Francés por todos los estratos de la sociedad de la época. Y aquí  nuestro poeta y médico veronés, Fracastoro, discípulo de Nicolás Copérnico, le da una doble visión a la enfermedad: la mítica (Sýphilis sive morbus gállicus, ya comentada) y la científica (De contagione et contagiosis morbis) en la que ofrece una descripción sintomática de la enfermedad con todo lujo de detalles, que serían glosados por otros poetas afectados por el nuevo mal; incluso-y parece ser-el hermano mayor de Nicolás, Andreas Copérnico, fue víctima del "Mal Francés", que contrajo en Cádiz a través de los contactos con prostitutas de esa ciudad.


Sia' 1 mal francioso a modo vostro strano,
sia brutto e schifo, e siesi nato il giorno
ch'e' Franciosi albergar nel Garigliano;
sia ripieno un di piaghe e suoni il corno,
non dorma mai la notte per le doglie,
e sia ripien di gomme d'ogni intorno;
subito che del legno l'acqua togli,
ogni suo membro in modo gli dispone
che può tornare a dormir con la moglie


Agnolo Firenzuola ( 1 4 9 3 - 1 5 4 3 )

El poeta contrajo la enfermedad a los 33 años y describe el sufrimiento causado por sus síntomas, solamente calmados por el palo santo.

Guaiacum Officinale (Lignum Vitae o Palo Santo).
   El guayacán o palo santo de las indias es un arbusto americano cuya madera se utilizó como primer remedio contra la sífilis. Así el poeta español, Cristobal de Castillejo ( 1490-1550) nos lo cuenta en uno de sus poemas:

De celebrar con razón la virtud
de un árbol que dá salud
do se tiene por perdida,
y a las veces vuelve en vida
el mal de la juventud.
Aunque no diera más parte
de gloria a nuestra Nación
la conquista de Colón
que ser causa de hallarte
es tamaña,
tan divina, tan extraña
esta, que por ella sola
puede muy bien La Española
competir con toda España.

 Y el primer testimonio de curación de la sífilis con el palo santo se lo debemos al médico sevillano Nicolás Monardes (1493-1588), que habría de decir: "De a do vino el mal, viene el remedio" e incluso nos da la fórmula para su preparación (en cocimiento), de la que también habla Fernandez de Oviedo después de ver cómo la preparaban los indios.

  Tanto en la poesía italiana como en la española del Siglo de Oro, la sífilis fue tratada en tono burlesco en muchas ocasiones y por diversos autores:

Ayer me dijo en la vega
Juana que un mozo alentado
una pupa le ha pegado
y es cierto que se la pega.

Lamentábase sin pausa
y mil veces repetía
que efecto francés sentía
siendo española la causa.

 Incluso existían "especialistas" en el lavado de las pústulas causadas por la sífilis:

El Panurgo (baños y fricciones con ungüentos de distinta naturaleza) como método principal de curación de la sífilis hasta principios del S. XX).



Ilustración del artista francés Gustave Doré para la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, fiel trasunto del espíritu del Renacimiento.


 Miguel de Cervantes Saavedra, hijo de un médico de la época, habla en sus Novelas Ejemplares e incluso en el Quijote, de ese mal venéreo que asolaría Europa en su tiempo y también en siglos posteriores, hasta la llegada del primer antibiótico (la Penicilina) que habría de dar una solución sencilla y eficaz al problema luético. Entre tanto, la sífilis causó estragos en una población europea que solamente contaba con el bálsamo de fierabrás y poco más para combatir el "Mal francés", e incluso con tratamientos que eran peor que la propia enfermedad. Pero no deberemos "echar las campanas al vuelo" porque la sífilis sigue teniendo una prevalencia respetable en las sociedades desarrolladas: La jodienda no tiene enmienda.
  Posteriormente a la sífilis, ahora una infección cotrolada y curable (de decalaración obligatoria para los médicos) en todos los casos, y con unas connotaciones similares, llega el SIDA, hoy infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana adquirida) que  en unas pocas décadas ha supuesto la muerte para muchas personas que han adquirido la enfermedad básicamente por dos vías de contagio: sexual (de forma activa-promiscuidad-o pasiva-transmitida por una pareja o cónyuge) o parenteral (por transfusión de sangre o preparados hemáticos-hemofílicos- antes del conocimiento del virus, o por administración de drogas por vía intravenosa, que fue la mayor fuente de contagio en España). despejada la duda nadie es culpable por rendirse a los instintos vitales o por recibir un virus inserto en el tratamiento que precisas y la medicina no conoce su existencia aún (véase la hepatitis C). Pero volvamos a la sífilis.

 ¿Qué es la sífilis o lúes?

   La sífilis o lúes es una enfermedad de transmisión sexual o materno-fetal causada por un microorganismo bacteriano, el Treponema Pallidum, que se disemina por el cuerpo y puede afectar a todos los órganos de la economía. Una invasión que cursa en tres etapas entre las cuales pueden pasar muchos años desde su aparición hasta el final más destrutivo para la persona que la padece: la neurosífilis  o sífilis terciaria, afortunadamente descartada ya en el ámbito de los países desarrollados, que gozan de una sanidad y unas prestaciones mínimamente garantizadas. Un antibiótico tan simple como la Penicilina o derivados es suficiente para garantizar la curación, si se siguen las indicaciones.

TREPONEMA PALLIDUM
treponema_pallidum
BACTERIA. Gram. Negativo (hace referencia a la tinción de Gram, que distingue dos grandes grupos de bacterias: Gram positivos (se tiñen de azul) y Gram negativos (se tiñen de rojo).
FAMILIA.Spirochaetaceae
ORDEN. SPIROCHAETALE
FORMA. Espiral
TAMAÑO. 5-20umx0,09-05um
MOVIL
QUIMIOORGANOTROFOS
ANAEROBIO ESTRICTO (es decir, que solamente puede sobrevivir en ausencia de oxígeno a diferencia de los gérmenes aerobios, que sólo viven en presencia de oxígeno, y de los aerobios facultativos, que prefieren la ausencia de oxígeno pero pueden vivir en presencia del citado elemento) NO FORMAN ESPORAS (los gérmenes esporulados, como el agente productor del tétanos, pueden encapsularse y resistir condiciones extremas de temperatura y humedad o sequedad durante muchas décadas). En realidad, el Treponema Pallidum sobrevive muy poco tiempo fuera del organismo que le acoge.

 Ya hemos visto la sífilis primaria con su/sus infecciones, pero después vendrá la sífilis secundaria, con sus manifestaciones cutáneas y variables, tan ampliamente tratada no solamente por la medicina sino también por los literatos y artistas durante siglos. Es de destacar  la lucha que ha llevado a cabo la Medicina contra infecciones y otros males sin tregua, solucionando problemas infecciosos y enfrentándose a nuevos retos; por citar problemas recientes podríamos hablar de las hepatitis C, D, E y el virus del SIDA; la Legionella Neumophyla y otros males que habrán de acontecer.
  Como infección nueva en un tiempo en el que ni siquiera se conocían las bacterias y mucho menos los virus, la sífilis causó estragos en Europa a modo de pequeñas epidemias que afectarían a gran parte de la población, con tratamientos empíricos que, en la mayoría de los casos, era peor el remedio que la enfermedad: Los tratamientos con mercurio, metal pesado al igual que el plomo y otros menos utilizados, que produce intoxicación en muchos órganos de la economía.



La imagen corresponde al FORMULARIO MAGISTRAL DE TERAPÉUTICA CLÍNICA Y DE FARMACOLOGÍA,
POR ODILON MARTIN, EN EDICIÓN DE SATURNINO CALLEJA, DE 1926.
 una herencia de mi tío-abuelo.
 


 Después de la primera epidemia conocida la sífilis estaría presente en el mundo de manera permanente y, de la misma manera que la tuberculosis o la peste (bubónica o neumónica), constituiría un avatar muy presente en la civilización occidental, en todos sus aspectos y manifestaciones vitales y culturales. Todos los estratos de la sociedad, incluida la Iglesia, se vieron afectados por el "Morbus Gállicus" llegando a constituir un grave problema de salud pública hasta el punto de que el papa Paolo IV (1476-1559) ordenó la expulsión de las prostitutas de Roma y del Vaticano con el consiguiente malestar de la población, que no quería privarse de los placeres de la carne, y la consabida doble moral que siempre ha existido en el tema de la prostitución.


Caricatura del papa Alejandro VI (Rodrigo Borgia, padre de Lucrecia Borgia), probablemente contagiado de sífilis.
 
"La sífilis" grabado de Alberto Durero.
Muchos médicos de la época trataron el tema de la sífilis con sus descripciones y teorías acerca de su transmisión, aportando distintos tratamientos: Gabriele Falloppio (1523-1562) ideó una especie de preservativo de lino empapado de mercurio que cubría el glande como un método de barrera que impediría el contagio.
  Ulrich Von Hutten (1488-1523), noble aleman, poeta y humanista que defendió la Reforma Protestante de Lutero y que, tras abandonar el domicilio familiar en el castillo de Stecfcelberg, llevó una vida errante y pobre, contrajo la sífilis en Italia y del "mal francés" moriría en la isla de Ufenau (lago Zurich). En 1519 publicó un libro acerca del "Morbus Gallicus" y los distintos tratamientos a los que se sometió, basados en metales como el mercurio, plomo, hierro y sus sales; aceites y esencias, plantas e infusiones... Hasta recurrir al guayaco traído de las indias.
 Este método de las fricciones mercuriales estaría vigente hasta (casi) la era antibiótica (véase la imagen precedente de Panurgo) con modificaciones más "modernas" como las inyecciones intramusculares de calomelanos (protocloruro de mercurio), consideradas como el método más eficaz para combatir la sífilis:

Bicloruro de mercurio.............. 10 cg
Cloruro de sodio puro................50 cg
Agua destilada hervida..............10 gr
Para inyectar a lo más 1 y 1/2 centímetros cúbicos todos los días o cada dos días.

   En el TRATADO DE ENFERMEDADES DE LA PIEL Y VENÉREAS del Dr. Edmundo Besser (director de la policlínica de enfermedades cutáneas y venéreas de Berlín-tercera edición española de 1922 de la editorial Salvat) se dice textualmente:
  "El método más antiguo, el más extendido y, dicho sea de paso , el más eficaz de todos, es el MÉTODO DE LAS FRICCIONES (inunctionskur, schmierkur). Este se empleó ya poco tiempo después de iniciarse la epidemia de sífilis a finales del S. XV, y desde entonces, después de muchas alternativas de encomio y de abandono y después de haber sufrido grandes modificaciones, ha permanecido siendo hasta la actualidad el método de tratamiento más importante de la sífilis, siendo esto la mejor prueba de su eficacia..."
 Después de los tratamientos habidos durante siglos con diagnósticos empíricos habrían de llegar otros tratamientos y diagnósticos  basados en las reacciones propias del organismo, conocidos en el S. XX con el desarrollo rápido que vivió la ciencia y la tecnología pero no definitivos, que lograrían convertir al "Morbus Gállicus" en una enfermedad controlable y después curable, que dejó una huella indeleble en la civilización, no solamente de personas anónimas sino también de grandes personajes de todos los ámbitos de la sociedad. Hay enfermedades que marcan una época, más o menos amplia, y que influyen en la población y en sus creativos de manera definitiva y enriquecedora, formando parte de ese acervo que todos heredamos por la genética social.
 El ya fallecido por un cáncer de páncreas, Dr. Juan Antonio Vallejo Nájera, Psiquiatra de origen asturiano, mantiene una teoría en su más conocida obra, LOCOS EGREGIOS, que el autor del libreto de la ópera La flauta mágica (Die Zauberflöte) , Emmanuel Schikaneder (1748-1812) ,cuya maravillosa música corresponde al grandísimo compositor Wolfgang Amadeus Motzart  en su época de miseria económica:
"Lógicamente (refiriéndose a una posible psicopatía esquizofrénica o a un síndrome bipolar), con la falta de datos todo queda dentro de la elucubración, pero una teoría verosímil es la que atribuye su demenciación a una terrible enfermedad, hoy prácticamente desaparecida, pero que hasta sesenta años padecían casi la quinta parte de los internados en los manicomios: la llamada "parálisis generlal progresiva de  los enagenados de la mente". Era una secuela tardía de la sífilis de aparición entre los 10 y los 20 años después de haber contraído el contagio venéreo (accidente que nadie puede extrañar en Schikaneder, perpetuo cortejador de "la que fuese").

 Quizás escriba una segunda parte en la que narraré la infuencia de la sífilis en grandes personajes, como el filósofo Nietzsche, pero de momento prefiero dejarles con una "perla" musical:


La reina de la noche: muy acorde con la nocturnidad y el oscurantismo de este humilde comentario.