Más que ayer, hoy es el día de la salud porque es el momento en el que comprobamos nuestros décimos y participaciones que en el día anterior, el del sortéo, no han sido premiados con el "Gordo de Navidad": ¡Que desilusión! ¡ No me ha tocado ni lo puesto!
Salud.
Los compañeros/as de trabajo, que llevan décimos y participaciones comunes, amén de otros que se han apañado por ahí, dicen lo mismo: ¡ni un puto euro!
Decepción.
Pero después de analizar la situación nos topamos con el hecho de que seguimos siendo tan pobres como antes del sortéo, pero más afortunados por la salud y por una posición estable que nos permite vivir (en el caso de que tengamos salud-que no se arregla su falta con dinero- y que tengamos un trabajo estable-hay más de cinco millones de parados).
resignación y pregunta:
¿qué haríamos si repentinamente nos tocara casi medio millón de euros por un décimo premiado en el Gordo de Navidad?. Nuestras vidas cambiarían de forma repentina pero iniciaríamos un calvario de preguntas y respuestas parciales, de seguridad en el dinero e inseguridad en el futuro que podría llevarnos a una auténtica locura y al cambio de nuestros hábitos de vida, probablemente saludables, con tal de preservar nuestro nuevo estatus de ricos: interminables reuniones con bancos, asesores financieros para verse las caras con la Hacienda Pública, tentación de paraísos fiscales...Habría, pienso yo que nunca fui rico ni lo seré, que reinventarse la felicidad en la nueva situación para no acabar en una paranoia, para no fastidiar el curso de tu historia personal cuando te tragas un "pelotazo" de ese calibre sin tener tiempo para asumirlo. Pero lo único cierto es que amamos el peligro y compramos décimos de lotería de Navidad, y de la ONCE, y de la PRIMITIVA... Con la ilusión de ser ricos alguna vez, en un país con más de 5.000.000 de parados y con los sueldos más bajos de Europa, teniendo que afrontar unos precios en los artículos de primera necesidad incluso más altos que los países más ricos.
Deseo felicitar las FIESTAS DE NAVIDAD a todos los afortunados en el sortéo de la Lotería Nacional, a los parados con o sin subsidio, a los mileuristas y medioeurista que sobreviven en nuestro país haciendo verdaderos juegos malabares para llegar a final de mes, a los que no tienen ni siquiera un techo en el que guarecerse y no se pueden parar a pensar qué hacer con un dinero que nunca obtendrán de un sortéo que no lo pueden pagar; y también, a los que como yo, gozamos de una posición acomodada sin ser ricos, que ingresamos algún dinero al mes en nuestras nóminas y, aunque no nos haya taocado la lotería, solamente pedimos seguir siendo tan "pobres" como somos. También a los políticos para que abandonen sus asquerosos privielgios y se pongan a trabajar por el PAÍS, por EUROPA y por todo el MUNDO, ganándose su millonario sueldo que todos les pagamos para que gestionen nuestro presente y nuestro futuro.
Visto y leído lo anteriormente escrito, no deseo con vehemencia ser más rico que la media de la población, solamente deseo:
¡felices fiestas para todos, con o sin dinero!
Salud.
Los compañeros/as de trabajo, que llevan décimos y participaciones comunes, amén de otros que se han apañado por ahí, dicen lo mismo: ¡ni un puto euro!
Decepción.
Pero después de analizar la situación nos topamos con el hecho de que seguimos siendo tan pobres como antes del sortéo, pero más afortunados por la salud y por una posición estable que nos permite vivir (en el caso de que tengamos salud-que no se arregla su falta con dinero- y que tengamos un trabajo estable-hay más de cinco millones de parados).
resignación y pregunta:
¿qué haríamos si repentinamente nos tocara casi medio millón de euros por un décimo premiado en el Gordo de Navidad?. Nuestras vidas cambiarían de forma repentina pero iniciaríamos un calvario de preguntas y respuestas parciales, de seguridad en el dinero e inseguridad en el futuro que podría llevarnos a una auténtica locura y al cambio de nuestros hábitos de vida, probablemente saludables, con tal de preservar nuestro nuevo estatus de ricos: interminables reuniones con bancos, asesores financieros para verse las caras con la Hacienda Pública, tentación de paraísos fiscales...Habría, pienso yo que nunca fui rico ni lo seré, que reinventarse la felicidad en la nueva situación para no acabar en una paranoia, para no fastidiar el curso de tu historia personal cuando te tragas un "pelotazo" de ese calibre sin tener tiempo para asumirlo. Pero lo único cierto es que amamos el peligro y compramos décimos de lotería de Navidad, y de la ONCE, y de la PRIMITIVA... Con la ilusión de ser ricos alguna vez, en un país con más de 5.000.000 de parados y con los sueldos más bajos de Europa, teniendo que afrontar unos precios en los artículos de primera necesidad incluso más altos que los países más ricos.
Deseo felicitar las FIESTAS DE NAVIDAD a todos los afortunados en el sortéo de la Lotería Nacional, a los parados con o sin subsidio, a los mileuristas y medioeurista que sobreviven en nuestro país haciendo verdaderos juegos malabares para llegar a final de mes, a los que no tienen ni siquiera un techo en el que guarecerse y no se pueden parar a pensar qué hacer con un dinero que nunca obtendrán de un sortéo que no lo pueden pagar; y también, a los que como yo, gozamos de una posición acomodada sin ser ricos, que ingresamos algún dinero al mes en nuestras nóminas y, aunque no nos haya taocado la lotería, solamente pedimos seguir siendo tan "pobres" como somos. También a los políticos para que abandonen sus asquerosos privielgios y se pongan a trabajar por el PAÍS, por EUROPA y por todo el MUNDO, ganándose su millonario sueldo que todos les pagamos para que gestionen nuestro presente y nuestro futuro.
Visto y leído lo anteriormente escrito, no deseo con vehemencia ser más rico que la media de la población, solamente deseo:
¡felices fiestas para todos, con o sin dinero!