Fijémonos en la imagen superior sin parpadear, centrando nuestra mirada en la cruz (la esperanza y refugio de los cristianos) de las fosas nasales durante medio minuto y después dirijamos los ojos hacia una pared: veremos la imagen de la muerte de forma ilusoria; una ilusión óptica que nos sorprende pero no nos asusta, una evocación lúdica de lo que nos espera a los mortales, que no sabemos el alcance en el tiempo de nuestras vidas, entregados a la aventura del vivir sorteando los obstáculos que nos buscamos, que nos impone la naturaleza y que nos imponen los demás, constituidos en sociedad.
Contemplemos ahora la imagen del sátrapa emisario de la muerte: el joven libio traza un aspa sobre la cara del dictador para fijar su mirada en ella y después ver la imagen fantasmagórica sobre el cielo azul sin miedo, con la esperanza de una nueva vida arrebatada desde hace más de 40 años, borrón y cuenta nueva que abre la puerta de la esperanza a una vida merecida pero negada a los habitantes de muchos países ricos en cultura, historia y recursos. ¡La revolución de Ala!
Occidente, con el culo arrugado como un matasuegras de tanta poltrona, debería implicarse más con esta nueva revolución y dejar de pensar en su comodidad alienante, trazar un aspa o una cruz sobre la cara del terrorismo islámico y compartir, compartir la austeridad que quizás impongan los nuevos tiempos que han de llegar hasta que todos estemos acomodados en esta casa que es nuestro mundo.
Estamos viviendo un momento histórico que también depende de nosotros.
Amigo Jano, se ha volado la barda con el comentario y con su presentación. Me ha provocado la exposición y por eso le escribo este post.
ResponderEliminarSaludos, amigo, desde México D.F.
Amigo mexicano:
ResponderEliminarNo he entendido su comentario en la forma (he tenido que recurrir al diccionario para conocer su expresión) ni en el fondo (¿crítica? ¿aprobación?).
Sea como sea le agradezco su interes.
Un saludo, amigo.
Que conste que pasé ayer por aquí; pero no dije nada y hoy aprovecho para decirle, mi muy estimado paisano, que paso todas las noches por su sitio y me cabreo como una mona cuando pasan semanas sin que nos ofrezca una novedad que llevarnos a los ojos.
ResponderEliminarBuenas noches.
Mi querida Carmen Quirós, paisana para mayor gloria mía, usted puede pasarse por aquí cuando le venga en gana porque siempre será bien recibida y con los honores que se merece.
ResponderEliminarUsted me lo advirtió en una ocasión: "tener un blog es muy esclavo", y tenía razón, pero también es muy reconfortante y se lo recomiendo, máxime cuando no tienes ninguna pretensión y el invento funciona mejor de lo que esperabas. Nunca pretendí tener seguidores y menos aun de la calidad de la que goza este blog, que comenzó como una especie de diario a voces que me obligaba a volcar mis inquietudes en algo más que papel y tinta.
Pero curiosamente, yo que soy un ser mediocre, quiero hacer las cosas bien, lo mejor posible, tomándome el tiempo necesario para llegar a mi tope por propia satisfacción. Si a lo anterior le añadimos la falta de tiempo y a veces ganas, y también la falta de ideas, construyes un blog caótico y perezoso como el mio, que no es una imposición sino pura vocación.
Gracias, amiga, por su presencia y su ánimo.
Bienvenido, D. Otsoa Dantzan a esta su casa.
ResponderEliminarHabía recalado en su blog en alguna ocasión y lo pasé bien leyendo sus poesías apócrifas y todo lo demás.
Gracias por su atención.
Hablaba con conocimiento de causa, don Jano. Yo tengo un blog y no es raro que maldiga a la persona que me lió para que lo abriera y la hora en que le hice caso; pero reconozco que tiene su encanto la disciplina y el esfuerzo que conlleva y si sigo en la brecha es porque compensa los inconvenientes.
ResponderEliminarCarmen, me encantaría ver su blog. Seguro que aprendería mucho más de usted y con usted.
ResponderEliminarUn saludote.
Ésta es la dirección. Buenas noches, Jano.
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