lunes, 19 de abril de 2010

EL FINAL DEL MINOTAURO DE CRETA: TESEO.

Teseo, uno de los más importantes reyes de la antigua Atenas y de los héroes de Ática, tuvo una gestación verdaderamente curiosa y muy propia de la mitología griega. Mitad humano y mitad divino, realizó con eficacia las doce famosas tareas que se le atribuyen (una de ellas fue la de dar muerte al Minotauro de Creta), y reinó en Atenas haciendo de esta ciudad el centro de Ática tras unificar las doce comunidades que la conponían, en la hoy capital de Grecia, y creando el gran festival PANATENEAS, entre otras grandes cosas que hicieron de Atenas la ciudad más gloriosa del mundo antiguo.
 Efectivamente. Egeo, rey de Atenas, se sentía frustrado por no tener un hijo varón que le sucediera en el trono tras su primer matrimonio. A ello se unía la constante amenaza de su hermano Palante y sus cincuenta hijos, que esperaba la más mínima oportunidad para arrebatarle el trono, y por ello decidió visitar el oráculo de Delfos, recibiendo de la Pitia una extraña profecía: no debería abrir los odres de vino que portaba hasta llegar a Atenas. En el regreso a su reino se detuvo en Trecén para consultar el significado de semejante augurio con su amigo el rey Piteo, y éste se mostró muy interesado con el relato de Egeo, pues vio la oportunidad de convertirse en abuelo. Piteo, en secreto, abrió los pellejos de vino y emborrachó a su huésped para sque este yaciera con su hija, Etra, en su recámara, a la que le condujo con ese fin. Quiso el destino que Etra hubiera tenido relaciones previamente con Poseidón (siempre presente en esta historia), y ocurriría lo que sucedió muchas veces en estos contubernios mitológicos (véase, por ejemplo, la historia de Zeus y Leda-esposa de Tindareo- de cuya unión nacieron Castor y Clitemnestra, que eran mortales, y Pólux y Helena, que eran semidioses, o el matrimonio entre la diosa oceánide Tetis y el mortal Peleo, padres de Aquiles el héroe de la gerra de Troya). Con la participación de ambos seres, Etra quedó embarazada y concibió a Teseo.
  Egeo debió de quedarse mucho tiempo en Trecén, pues llegó a ver el evidente embarazo de su amante, pero debía partir ante la amenaza de ser destronado por su hermano Palante y sus cincuenta sobrinos, asegurándose antes de dejar este asunto arreglado: debajo de una gran roca introdujo sus sandalias y su espada, y le ordenó a Etra que cuando su hijo creciera le condujera a ese lugar secreto, y si el muchacho fuera capaz de recuperar los objetos allí depositados, iniciara un viaje a Atenas para encontrarse con su padre.
  Teseo creció sano y feliz  en el palacio de su abuelo Piteo junto a su madre, y demostró una gran fortaleza física y valentía. Adolescente ya, fue llevado al santuario de Delfos para adorar al dios Apolo, y ofreció a este un mechón de su cabello afeitándose la parte frontal de su cabeza, cuando lo usual era rasurarse toda la testa, implantando una moda que habría de perdurar mucho tiempo. ¡Todo un lider!.
 Cuenta la tradición que al cumplir 16 años Teseo, su madre le reveló la identidad de su padre y le llevó al lugar secreto, la enorme roca, donde Egeo había escondido sus pertenencias para que las rescatara su hijo. El gran muchacho levantó la roca sin mucho esfuerzo y recuperó los objetos que su padre había dejado para él con la intención de ir a su encuentro, como había dispuesto su progenitor.
  Decidida ya su partida hacia Atenas, su abuelo Piteo le aconsejó el viaje por mar para evitar los grandes peligros de viajar por tierra, pero el afán de aventura del héroe adolescente (sin duda, se trata de un viaje iniciático) pudo más que los consejos del anciano y decidió ir por tierra, él sólo.
  Durante el viaje el joven Teseo llegó a Epidauro y se las vio con Perifetes, hijo de Efesto, dándole muerte y quedándose con su enorme maza; en Corinto dió muerte a Sinis, hijo de Poseidón, y gozó de su primera experiencia sexual: encamarse con su hija Perigune y embarazarla para que ésta pariera a su hijo Melanipo. También mató en Cromión a Fea (una jabalina), a Escirón, a Cerción (hijo de Poseidón, faltaría más) en Eleusis y a Procustes (Procrustes, en algunos textos griegos traducidos al español) en Dafne. Antes de llegar a Atenas aún habría de protagonizar alguna otra movida para mayor gloria del personaje.
  Egeo conoció a Medea al partir de Trecén (en la península del Peloponeso-Peloponisos, la isla de Pélope, el hijo de Tántalo) hacia Atenas. Ésta le prometió un hijo si se casaba con ella y ambos se embarcaron en la aventura del matrimonio, cumpliendo los dos el acuerdo: Egeo se casó con ella y Medea le dió un hijo al que llamaron Medo. Los padres de Egeo, Pandión y Pilia, habían acordado dejar el reino de Atenas integramente a su hijo primogénito en detrimento de los demás hijos. Palante no estaba dispuesto a consentirlo y por él y sus cincuenta hijos, trataba de arrebatarle a su hermano mayor la corona de Atenas, pasando por encima del cadaver de Medo si fuera necesario. En el futuro no sería preciso porque el mismo rey desecharía la idea de la sucesión de su hijo legítimo para ofrecérsela a su vástago natural. Medo, como muchos hijos deseados, quedará eclipsado por su hermanastro y solamente valorado y querido por la madre que le parió, que hará todo lo posible y lo imposible por su hijo.
  Teseo entra en Atenas precedido por su fama de héroe tras sus hazañas en el camino. Egeo le recibe y acomoda en su palacio sin saber el íntimo parentesco que les une.
  Medea teme por su hijo y por ella porque, como maga, intuye la naturaleza del invitado y conoce el destino que le espera. Todo apunta a una nueva crisis en palacio, que habrá de suceder más tarde.

1 comentario:

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