¡EL PUÑETERO MÓVIL!
¡ Ahhhh, el puñetero teléfono móvil o celular! Cada vez más complicados, cada vez más exigentes con nuestra intimidad aún sin meterse en aplicaciones que todos conocemos; servilones del GRAN HERMANO que nos puede localizar geográficamente por el mero hecho de estar encendido, grillo que nos canta cuando menos lo esperamos o deseamos, invento genial para las emergencias que nos pueden surgir en cualquier momento...
¡Todos enganchados a nuestro móvil malgastando el tiempo que nos concede la vida; todos idiotizados por ese invento que las multinacionales del ramo nos obligan a cambiar modificando el software y el hardware para que sigamos con nuestra oreja cubierta, oyendo tonterías!
Reconozco que soy de los primeros en tener móvil (mi número empieza por 6000) cuando empezaron a ser asequibles a todo el mundo que no éramos altos ejecutivos de empresa (los ladrillos Motorola "portátiles" o instalados en el coche... Carísimos y sin apenas autonomía) , pero lo compré por seguridad: para trabajar me desplazaba a otra ciudad por autovía y hacía senderismo los fines de semana. Decepción al comprobar que en la mayoría del territorio que pisaba no había cobertura y el puñetero teléfono sólo me añadía peso en la mochila.
Mi primer móvil tenía una antenita que sobresalía de la carcasa, como el de los demás; y aquí surgió la moda de caminar por la calle (los tontomóviles) con la mirada perdida en la pantallita, tecleando compulsivamente y clavándote la antenita (qué bonita) en el costado ¡Qué tiempos! ahora la gente sólo habla a través del cacharro aunque tengan al receptor del mensaje delante de sus narices, que también está con su cacharro "guasapeando" o haciendo cualquier otra "aberración maquinística propia del señorito Críspulo.
Mañana es el "DÍA MUNDIAL SIN MÓVIL" y yo seguiré como siempre: con el teléfono apagado si no tengo una necesidad de utilizarlo. No pienso caer en la tentación de "movilizarme" hasta en los momentos más íntimos.
hasta la amistad o el amor pasa a un segundo plano gracias al móvil. |
Mi primer móvil tenía una antenita que sobresalía de la carcasa, como el de los demás; y aquí surgió la moda de caminar por la calle (los tontomóviles) con la mirada perdida en la pantallita, tecleando compulsivamente y clavándote la antenita (qué bonita) en el costado ¡Qué tiempos! ahora la gente sólo habla a través del cacharro aunque tengan al receptor del mensaje delante de sus narices, que también está con su cacharro "guasapeando" o haciendo cualquier otra "aberración maquinística propia del señorito Críspulo.
Mañana es el "DÍA MUNDIAL SIN MÓVIL" y yo seguiré como siempre: con el teléfono apagado si no tengo una necesidad de utilizarlo. No pienso caer en la tentación de "movilizarme" hasta en los momentos más íntimos.